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Mostrando entradas de enero, 2019

Antonio Calero "Agüita de Mayo"

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En pleno corazón del Aljarafe, allá dónde el sol empieza a ponerse para dar paso a la luna y las estrellas; en una cuna que se mece entre olores de bodegas, en un rincón de Sentimiento Romero a dos Reinas llamadas Cuatrovitas y Rocío, de Sentimiento Cofrade con nombre de Soledad, Amor, Merced y Gran Poder; en ese Paraíso llamado Bollullos de la Mitación vino al mundo un veintinueve de junio de mil novecientos setenta y ocho un artista, un enamorado de sus tradicciones, de nombre Antonio Enrique Calero Calero. Antonio Calero, lo podemos definir como un trovador, su pasión por las costumbres religiosas de su pueblo le llevaron a ser pregonero de su Hermandad de la Soledad el pasado año dos mil dieciocho. En lo musical, y gracias a su voz, empieza a hacer sus primeros pinitos en la Copla, debutando por primera vez en un escenario en diciembre de dos mil trece en la “Asociación Cultural Amigos de la Copla” de Málaga, interpretando “Capote de Grana y Oro”. Antonio, es bollullero de cu

Requiebros "Me contaron una Historia."

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           Decir Almonte es sinónimo de decir Rocío, de Sentimiento a la Blanca Paloma. Almonte es ese Guardián que vela por la Reina de las Marismas en su Ermita los trescientos sesenta y cinco días del año, con cada primavera envuelta de Romería Rociera, y cada siete años acogiéndola en su regazo vestida de Pastora, a Ella, a María Santísima del Rocío, y al Pastorcito Divino.             Y si Almonte es sinónimo de decir Rocío, Requiebros es sinónimo de “Historia Viva del Género de las Sevillanas”, es sinónimo de cuarenta años en los escenarios, de miles y miles de kilómetros de carreteras, de duro trabajo diario con un único fin, entrar en el alma y el corazón del público. Ese ha de ser uno de los principales fines de las sevillanas y las rumbas en particular, y de la música en general, tocar la fibra de aquel al que va dirigida.             Y de tocar la fibra de los amantes a las sevillanas, lleva Requiebros (Manuel) ocupándose más de cuarenta años, cada primavera nos llegan